sábado, 9 de octubre de 2010

Obama pierde otro soldado.



El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, anunció ayer el relevo del consejero de Seguridad Nacional, el general James Jones, en un acto en la Rosaleda de la Casa Blanca, con el que quiso despedir a Jones con la misma pompa con la que hace una semana dijo adiós a su jefe de Gabinete, Rahm Emanuel.

Jones se va por supuestos desacuerdos sobre la marcha de la guerra en Afganistán. Será reemplazado por su hasta ahora “número dos”, Tom Donilon, en una nueva etapa en este organismo responsable de la política de seguridad exterior de la Casa Blanca.

“Completa esta misión sabiendo que su país es más seguro y más fuerte”, declaró el presidente estadounidense, quien aseguró que Jones siempre ha representado “una voz fiable” en las reuniones con líderes extranjeros y en las sesiones de trabajo. Además, destacó que Donilon, de 55 años y con una amplia experiencia tanto en política del Partido Demócrata como en política exterior, ya ha trabajado con tres presidentes y “durante dos años no hay un solo asunto de política exterior que no haya pasado por su mesa de trabajo”.

El consejero saliente se deshizo en elogios hacia su sucesor –sobre quien los rumores apuntaban a una mala relación–, del que aseguró que su trabajo “no hubiera sido posible sin él”, pues ha sido “un extraordinario aliado y una de las personas más trabajadoras que conozco”.

Tras el anuncio, llovieron las reacciones de elogio hacia el general. La secretaria de Estado, Hillary Clinton, afirmó: “Su liderazgo ha sido crucial para concluir nuestra misión de combate en Irak, para centrar la guerra en Afganistán y para hacer avanzar los intereses y valores de nuestro país en el mundo”. El vicepresidente, Joseph Biden, aseguró que Jones desempeñó su labor “con una mano firme, un juicio sensato y verdadera honestidad”.

La partida de Jones, que ya se rumoreaba desde hace algún tiempo, es la primera en el equipo de seguridad nacional, pero se suma a las marchas de otros altos cargos de la Casa Blanca, como Emanuel o el presidente del Consejo de Asesores Económicos, Larry Summers. La partida de altos cargos de la Casa Blanca a mediados de mandato es algo habitual y Jones, dijo ayer Obama en su discurso, siempre había indicado que ocuparía el cargo solo dos años.

Pero si continúa el volumen de partidas en el gobierno podría dar la impresión de un desbande, en particular si los resultados de las elecciones legislativas del próximo noviembre son tan malos para los demócratas como apuntan las encuestas.

Durante su estancia en el cargo, Jones ha participado en la revisión de la estrategia para la guerra en Afganistán, la firma de un tratado de reducción nuclear con Rusia y el lanzamiento de una nueva etapa más multilateral en las relaciones exteriores de EE.UU. Ex comandante de la OTAN en Europa, durante su etapa en el Consejo de Seguridad Nacional fue un firme defensor de la colaboración con los aliados europeos.

Durante sus casi dos años en el puesto, Jones nunca terminó de encajar en el equipo de Obama, en especial entre los asesores que procedían de la campaña electoral. El libro Obama’s Wars, del periodista Bob Woodward, cuenta cómo el militar reservaba para estos asesores apodos como “el Politburó” o “la Mafia”, una revelación que puede haber acelerado su marcha.

Como su reemplazo, Donilon tendrá entre sus tareas inmediatas que participar de modo directo en la nueva revisión de la estrategia para Afganistán, prevista para diciembre. Pero este alto cargo llega al puesto tras haberse enfrentado durante el proceso de revisión el año pasado con los militares, partidarios de solicitar más tropas adicionales para esa guerra que las que el presidente acabó asignando, 30 mil.

Donilon, un verdadero adicto al trabajo al que Jones describió ayer como “el hombre que mantenía en funcionamiento los engranajes” del Consejo de Seguridad Nacional, es un firme partidario de comenzar la transición en Afganistán en julio del año próximo, como ha ordenado Obama, y no prolongar la guerra. El secretario de Defensa, Robert Gates, negó roces con el nuevo consejero. “Contrariamente a lo que puedan haber podido leer, tengo y he tenido una relación laboral muy buena y productiva con Tom Donilon”, declaró.

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